FURDEPAC es una fundación sin ánimo de lucro que brinda apoyo nutricional a niños y niñas de la comuna 1 de Palmira. Esta obra que a su vez se convierte en un proyecto de vida familiar liderado por Edith Zúñiga, es el alivio para muchos hogares de este sector que no poseen los recursos suficientes para alimentar balanceadamente a sus pequeños.
En este sentido, esta noble y amorosa mujer, junto a un grupo de colaboradores voluntarios, entre vecinos, familiares y un grupo de profesionales, desarrolla actividades para mejorar la calidad de vida de los 50 niños que asisten en la actualidad a la fundación, promoviéndose el desarrollo integral de éstos con iniciativas como el llamado desayuno escolar. Así pues, de lunes a viernes en una casa ubicada en el barrio Caimitos, estos niños, hijos de desplazados, empleadas domésticas y desempleados, entre otros, reciben el que será -en muchos casos- el único alimento del día.
Hace un poco más de cuatro años, Edith motivada por su preparación en declamación, artes escénicas y manuales, se da a la tarea de impulsar un proyecto que ocupe el tiempo libre de los habitantes del barrio Caimitos. Aunque en un comienzo Edith pensó en un plan integral que abarcara talleres y actividades culturales como danza, teatro y poesía, después comprendió que con hambre estos niños no podían estudiar ni prestarle la atención debida a su iniciativa. Desde entonces su prioridad consiste en proporcionarles este desayuno que ella misma prepara con alimentos producto de donaciones de personas de buena voluntad y almacenes de cadena.
En la actualidad, debido a la escasez de recursos se tocan puertas para pasar del desayuno escolar al “desayuno pedagógico”, y complementar la jornada asistencial con actividades lúdicas, espirituales y educativas para toda la mañana. De igual manera, se recolectan útiles escolares, uniformes y zapatos para los niños que estudian en horas de la tarde.
Desde sus inicios algunas entidades y particulares apoyan esta causa con recursos económicos y alimentos como frutas y verduras, aporte que es bien valioso, sin embargo, no todos los días se cuenta con él y, de igual manera, estas contribuciones no alcanzan para pagar los servicios, el espacio físico se queda pequeño y adicionalmente, no se cuenta con recursos suficientes para pagar profesionales y colaboradores que facilitarían una gestión permanente del programa.
Iniciativas solidarias como las adelantadas por FURDEPAC corroboran que vale la pena trabajar por el bienestar de la comunidad. Y así, mientras algunos continuamos preocupándonos por lo superficial y material, otros construyen un proyecto de vida que no sólo es pensado en su propio beneficio sino que, por el contrario, involucra al semejante como propósito fundamental de éste.
Bueno Gutiérrez
En este sentido, esta noble y amorosa mujer, junto a un grupo de colaboradores voluntarios, entre vecinos, familiares y un grupo de profesionales, desarrolla actividades para mejorar la calidad de vida de los 50 niños que asisten en la actualidad a la fundación, promoviéndose el desarrollo integral de éstos con iniciativas como el llamado desayuno escolar. Así pues, de lunes a viernes en una casa ubicada en el barrio Caimitos, estos niños, hijos de desplazados, empleadas domésticas y desempleados, entre otros, reciben el que será -en muchos casos- el único alimento del día.
Hace un poco más de cuatro años, Edith motivada por su preparación en declamación, artes escénicas y manuales, se da a la tarea de impulsar un proyecto que ocupe el tiempo libre de los habitantes del barrio Caimitos. Aunque en un comienzo Edith pensó en un plan integral que abarcara talleres y actividades culturales como danza, teatro y poesía, después comprendió que con hambre estos niños no podían estudiar ni prestarle la atención debida a su iniciativa. Desde entonces su prioridad consiste en proporcionarles este desayuno que ella misma prepara con alimentos producto de donaciones de personas de buena voluntad y almacenes de cadena.
En la actualidad, debido a la escasez de recursos se tocan puertas para pasar del desayuno escolar al “desayuno pedagógico”, y complementar la jornada asistencial con actividades lúdicas, espirituales y educativas para toda la mañana. De igual manera, se recolectan útiles escolares, uniformes y zapatos para los niños que estudian en horas de la tarde.
Desde sus inicios algunas entidades y particulares apoyan esta causa con recursos económicos y alimentos como frutas y verduras, aporte que es bien valioso, sin embargo, no todos los días se cuenta con él y, de igual manera, estas contribuciones no alcanzan para pagar los servicios, el espacio físico se queda pequeño y adicionalmente, no se cuenta con recursos suficientes para pagar profesionales y colaboradores que facilitarían una gestión permanente del programa.
Iniciativas solidarias como las adelantadas por FURDEPAC corroboran que vale la pena trabajar por el bienestar de la comunidad. Y así, mientras algunos continuamos preocupándonos por lo superficial y material, otros construyen un proyecto de vida que no sólo es pensado en su propio beneficio sino que, por el contrario, involucra al semejante como propósito fundamental de éste.
Bueno Gutiérrez
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